jueves, 6 de septiembre de 2012

Onkel Thomas

La mirada tímida, algo caída, que siempre parecía enfocada hacia otra parte, bajo las sombras veraniegas y cambiantes de los castaños de Madrid. La tez rubicunda y alegre, tan alemana. Una media sonrisa permanente, entre plácida y perpleja, irónicamente consciente de sí misma, reflejada en el cristal de una copa acunando suaves destellos de vino. Frases como susurradas, de las que mis oídos de niño sólo reconocían algunas esquinas.


Te fuiste tranquilo, detrás de tu mirada.

Thomas, nos dejaste un poco más solos, con tus recuerdos. Algunos danzan vaporosos por los lejanos rincones de Canadá.


Auf wiedersehen.
Wir vermissen dich.



1 comentario:

Dr. Zoidberg dijo...

Me parece increíble cómo has captado la esencia de una persona en tan pocas líneas...

Siempre me acordaré de su "Na ja, ihr drei Männer..."

Auf wiedersehen, Onkel Thomas!