martes, 13 de octubre de 2009

Su Roquedad

En carreteras sinuosas y olvidadas que hienden la roca. En rincones perdidos, rombos amarillos recortados sobre el fondo de piedra, señales escondiendo un significado oculto.
“Falling rock”.
Roca cayendo. Roca cayente. Caída de roca.
Que no “rocas”. El singular esconde interpretaciones místicas. La roca es única; la roca cae. Todos somos roca, todo es roca, todo cae, precipitándose sin remedio en las geodésicas del Universo, en los valles inmensos de América por entre sus horizontes en huida perpetua, en las corrientes de la Historia. Todos caemos en los abismos del tiempo, que avanza inexorable, bajo la atenta mirada de la Roca, la Roca Madre, cuya sombra cae sobre el paisaje, alargándose y tanteando con sus tentáculos en los crepúsculos sangrientos, encogiéndose sobre sí misma en las mañanas íntimas, o paralizada y expectante, llena de tensión, en los mediodías cegadores y temblorosos, sobre las refracciones oníricas del suelo, fundiéndose con las sombras de las nubes viajeras para volver a desprenderse de ellas en un desgarro elástico e irreversible.

Algunas señales muestran, por medio de manchas negras sobre el fondo amarillo, a pequeñas amebas de roca desprendiéndose de la inescrutable Roca matriz, una clara metáfora de la dualidad rocosa de unidad y multiplicidad simultáneas: la Roca es única, pero a su vez diversa. Quizá las señales de “Falling rock” alertan del regreso inexorable de Su Roquedad. O bien, pudiera ser que si uno traza la distribución de señales en un mapa, encontrará el código secreto que delata la localización de los centros de reunión de la Hermandad de la Roca.

Porque una vez que se percibe el misterio de la Roca cayente, la mente se ilumina con la evidencia de la ubiquidad de Su Roquedad. Es inquietante percibir hasta dónde llegan los hilos movidos por la Roca...Ahí está el rock and roll, quizá nada menos que una colección de mantras hacia La Roca que han conseguido dominar la música actual; también está el arte del Barroco –lo que demuestra la ancianidad de S. R.-- por no hablar de Little Rock y Red Rock en Arizona, Rocky y sus puños pétreos, Alcatraz, Gibraltar, Rockdale en Texas, las señales con “RR” en los cruces de vías, que claramente aluden a la “Rolling Rock”, siempre en movimiento y reinvención. La Roca se ha colado en el lenguaje coloquial, hasta el punto que “it rocks, you rock” se usa para ensalzar lo extraordinario. Es más, puede intuirse una inquietante vertiente política en palabras como “enroque” o “derrocar”, que inducen a pensar que la Roca puede ser un poderoso instrumento de poder político –de ahí el secretismo que le rodea-- o incluso económico: recordemos a Rockefeller. Y seguramente existen un sinfín de ejemplos adicionales más o menos rocambolescos...

Y sí, la Tierra es poco más que un trozo de roca cayendo en el espacio, diluido sobre un fondo inacabable de estrellas, galaxias y otras luciérnagas del vacío, y sus habitantes caemos con ella. Quizá el mensaje de la Roca es el de la inmensidad de la perspectiva cósmica frente a los ínfimos horizontes humanos. Puede ser que nos quiera hablar de ciclos eternos y a su vez cambiantes, como las órbitas repitiéndose a sí mismas pero a su vez renovándose con sus minúsculas precesiones, como la vida buscando su perpetuación pero evolucionando a lo largo de los siglos, como el canto rodado en constante deambular pero reinventando imperceptiblemente su forma en cada roce con sus compañeros de viaje, como la propia repetición de las señales de “Falling Rock” en las curvas reiterantes de una carretera de montaña que, pese a su aliteración de paisajes, avanza hacia algún destino.

Existe otra posible interpretación del mensaje de Su Roquedad, que parte del hecho de que las señales de “Falling Rock” aparezcan preferiblemente en parajes aislados de la civilización: la reivindicación de la integración del hombre con la Naturaleza. El hombre ha abandonado a la Roca para irse a vivir a desiertos de roquedad triturada y pulverizada, descontextualizada. Y así, desde este punto de vista, la roca cae, directa hacia nuestros corazones endurecidos, para ablandarlos y exprimir el jugo de lo humano y verterlo sobre este mundo deshumanizado.

(Dedicado a Karin, compañera de aventuras rocosas)

1 comentario:

Dr. Zoidberg dijo...

Ja ja ja ja ja.... roquísimo!!!!!

We will we will Rock you...
Queen debía de ser parte de la Hermandad de Su Roquedad...

Que los brillos del cuarzo continúen iluminando tu camino...

Rocosamente tuyo,

Martin