Dos gemelos estudiando un mapa.
Una brújula.
Un receptor GPS.
Enfrente, el azul del océano
que normalmente los separa.
Dos hermanos, dos polos.
Nortes que se acercan en Madrid
y se alejan en Saint John's.
A pocos metros, ecos de Marconi
y de los primeros balbuceos
del telégrafo transatlántico.
Brotan rayos de las antenas,
brotan parábolas de los cañones
y del dorso de las ballenas.
Aún quedan líneas invisibles
que no dependen de atmósferas,
que no divergen en esferas.
1 comentario:
Esas líneas siempre estarán allí... Y con un poco de suerte se acortarán en un futuro próximo...
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