martes, 7 de julio de 2015

Radiactividad emocional


Ella se aleja por la pradera
de un mundo lejano,
yo tumbado mirando
desde las cuencas vacías
de mi cráneo blanquecino.

Paralizado, mis pulsaciones robadas
por mi imagen en sus últimas fotos
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las de mi autopsia sentimental.

Costillas desnudas desgajadas,
los huesos apenas unidos
por los ligamentos de la memoria.

Soy un esqueleto de búfalo
en una pradera de Yunnan.

Montañas de escombros
en grises ciudades chinas,
remos canadienses
hendiendo dolorosas
reminiscencias líquidas,
campanas inglesas
que cuantifican
mi tasa de desintegración.

Radiactividad emocional.

Maldigo el colapso
de mi función de onda,
quién pudiera
des
      d
      o
         blar
                 s
                 e
                    por el mundo,
mientras oigo las voces
de mi propio
tribunal de acusación.

Huellas de muro
sobre fondo negro,
un prisma de yeso blanco
que condensa
la belleza
y la dureza,
los límites geométricos
de los corazones humanos,
mientras ella
sigue alejándose,
ella,
que me enseñó lo que sienten
los pájaros posados en las ramas.

1 comentario:

Dr. Zoidberg dijo...

Bueno, Kapunto, no te preocupes, ha sido un caso de fisión, pero algún día sabes que se encontrará el secreto de la fusión estable.

Ah, y en todos los posibles mundos paralelos según la decoherencia, resulta que tu familia te quiere :)