martes, 13 de enero de 2009

Desamor ciclista

Hoy me abandonaste, bicicleta. Pasé quince minutos buscándote entre las hileras de monturas metálicas del aparcamiento ciclista, despobladas en la noche, entre manillares aleatoriamente inclinados y ruedas, entre las figuras de interferencia de los radios, intentando recordar dónde te había dejado esta mañana. No aparecías por ninguna parte. Pensé en que por algún despiste podría haberte dejado en otro lugar esta mañana...mis ojos recorrían todas las bicicletas, esforzándose en la oscuridad, y ninguna era como tú, no aparecían tus líneas esbeltas y familiares.

Te secuestraron. O te fuiste con alguien que te prometió un mejor futuro. Alguien que en lugar de desencadenarte con una llave lo hizo con unas grandes tenazas de metal. Sé que nunca parecí muy pasional, siempre entregado a mi tranquilidad contemplativa; quizá no supiste ver las agitaciones interiores. Sé que te fuiste porque, tras mucho buscar, encontré los restos de la espiral metálica antirrobo, limpiamente seccionada, en el suelo, una hélice partida. Me partió el corazón.

Indignación y tristeza. Contigo empecé a explorar los nuevos paisajes de Santa Bárbara en mi primera semana en este nuevo mundo. Entre las luces de los semáforos y el asfalto de esas intersecciones de calle tan americanas, amplias, ortogonales, pausadas, incansables. Sobre los arcenes ciclistas, por entre los edificios y árboles majestuosos del campus. Por las sendas de tierra que se asoman a los acantilados sobre las playas, enfrente de la majestuosa planicie del mar, brillando alegre bajo un fortalecido sol invernal, la espuma lamiendo la orilla, la arena llenándose con las trayectorias de las huellas de los corredores, las plataformas petrolíferas vigilando desde el horizonte como centinelas de una modernidad en decadencia. Bajo fragantes eucaliptos sosteniendo hilos invisibles en los que se balancean al viento nubes de mariposas.

Te echaré de menos.

4 comentarios:

Dr. Zoidberg dijo...

So it goes.

k. dijo...

Quizá esté ahora en una jaula en Tralfamadore. Su rueda trasera girando en el aire para matar el tiempo. Squeak. Squeak. Squeak.

camaradeniebla dijo...

qué mala leche.Este verano que preparen los ladrones...

Anónimo dijo...

nosotros te echamos de menos a ti. a ver si escribes ciclista :-)

g.